Friday, April 21, 2006

Sufismo y otras religiones...

Para los sufíes, las divisiones religiosas, las diferencias doctrinales, los odios y las guerras entre los creyentes son producto, ante todo, del desamor. Las doctrinas son el pretexto. Por tanto, para volver a unir a los creyentes, el mejor diálogo es el que nace del Amor; no sólo el mejor sino el único, pues el Amor une y reúne lo disperso, cambia lo más opuesto transformándolo en bondad.

Llegados aquí, el sufí se hace consciente de que el verdadero diálogo religioso, igual que la búsqueda de la Realidad, no se lleva a cabo desde fuera, desde el estudio de las formas religiosas, desde los templos y las filosofías, sino desde dentro, desde el corazón ebrio de Amor. Por ello, cuando los diálogos religiosos no arrancan de ahí, se convierten en pura verborrea que deja los corazones insensibles y a las personas tan distantes y tan extrañas... La experiencia, entre otros, de Ibn ‘Arabí y de Rumi es modélica en tal sentido y de lo más concluyente. Su búsqueda es la imprescindible pedagogía para cuantos buscan su Realidad y su real encuentro con los demás, más allá de las palabras.

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